Desde la muerte de Saramago, aquel viernes 18 de junio de 2010, no había vuelto a visitar este rincón. No es que haya dejado de leer, pero se me quitaron las ganas de pasar por aquí. Muchas cosas han cambiado desde entonces. Ahora el 80% de mis lecturas/relecturas las hago en mi Kindle y aunque no he abandonado el placer del tacto sosegado del papel, he de confesar que la comodidad de este engendro electrónico me ha cautivado. Colma con creces mi voracidad lectora y me soluciona el problema del finito espacio de mis estanterías.
Hoy me propongo abrir de nuevo la puerta, limpiar el polvo acumulado y llenar la estantería de este rincón con palabras robadas.
Y para celebrar esta apertura la ilustro con una de las últimas fotos que tomé el 2012 en la puerta de la mayor biblioteca sin libros del mundo, en Santiago de Compostela.
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