viernes, 27 de marzo de 2009

Juan Gelman


Recuerdo que me alegré cuando le concedieron el Príncipe de Asturias y pensé que nunca un premio fue tan merecido. Por su poesía, por su voz, por su coraje y por su vida, merecía el galardón.
En el mundial de futbol de Argentina, entró a hurtadillas en el país para que el mundo volviera la mirada a las atrocidades del régimen militar argentino, a los desaparecidos, a la tortura, a la represión… El poeta sabía que su hijo y su nuera habían sido secuestrados, pero aún desconocía que ya estaban muertos. Los militares, en el marco de aquella siniestra Operación Cóndor de colaboración entre tiranías para el exterminio, secuestraron en 1976 a su hijo, Marcelo, y a su nuera, Claudia.
Al primero lo asesinaron, metieron el cadáver en un depósito, lo llenaron de cemento y lo arrojaron al río Luján. Marcelo tenía 20 años.
A Claudia, que estaba embarazada de ocho meses, la trasladaron a Montevideo, a la espera de que naciera la niña y, dos meses después del parto, también la asesinaron, aunque sus restos nunca fueron encontrados. Tenía 19 años.
La recién nacida fue adoptada en ese mismo país por un policía y su esposa,, que aseguran que nunca supieron la procedencia real de la menor porque se la dejaron de forma anónima.
Casi treinta años después, Juan Gelman, tras una laboriosa investigación, en cuya etapa final recabó el apoyo de las autoridades uruguayas, dio con el paradero de su nieta y le descubrió su identidad. Tras los análisis de ADN, ella decidió cambiar sus apellidos y tomar los de sus padres biológicos asesinados: hoy se llama Macarena Gelman García.
En la Wikipedia aparece este fragmento de la carta a su nieto
Carta abierta a mi nieto (fragmento)
"Me resulta muy extraño hablarte de mis hijos como tus padres que no fueron. No sé si sos varón o mujer. Sé que naciste...Ahora tenés casi la edad de tus padres cuando los mataron y pronto serás mayor que ellos. Ellos se quedaron en los 20 años para siempre. Soñaban mucho con vos y con un mundo más habitable para vos. Me gustaría hablarte de ellos y que me hables de vos. Para reconocer en vos a mi hijo y para que reconozcas en mí lo que de tu padre tengo: los dos somos huérfanos de él. Para reparar de algún modo ese corte brutal o silencio que en la carne de la familia perpetró la dictadura militar. Para darte tu historia, no para apartarte de lo que no te quieras apartar. Ya sos grande, dije."

Escrita en 1995 y publicada en Brecha, el 23 de diciembre de 1998[
Nunca le doblegaron y por eso la escritora Diana Bellesi afirmó “Gelman - ha sido para muchos de nosotros una voz indomable y compañera"

Por la ternura.
Esa mujer se parecía a la palabra nunca,
desde la nuca le subía un encanto particular,
una especie de olvido donde guardar los ojos,
esa mujer se me instalaba en el costado izquierdo.
¡Atención! Atención yo gritaba, ¡Atención!
Pero ella invadía como el amor, como la noche,
las últimas señales que hice para el otoño
se acostaron tranquilas bajo el oleaje de sus manos.
Juan Gelman