lunes, 3 de agosto de 2009

La catedral del mar de Ildefonso Falcones



Hace algún tiempo, una entrañable, amiga me remitió por correo este libro a modo de regalo. Quise dedicarle una lectura reposada y tranquila y he aprovechado estas vacaciones para meterlo en la maleta.
Confieso que me ha parecido entretenido, y que mi gusto por la novela histórica, me llevó a terminarlo en los dos primeros días de vacaciones.
El comienzo es fulgurante y bastante crudo, luego decae para volver a levantar el vuelo, en el tramo final.
A mi modesto entender, no dibuja los personajes con la suficiente técnica y da más prioridad a los acontecimientos y pinceladas sociales que a la visión interna de los protagonistas.
Quizá me creé, demasiadas espectativas y por eso las peripecias de Arnau que desde simple siervo, llega a Cónsul del Mar, me hayan dejado un poco frío.
Esto no quita, que agradezca a mi amiga el regalo, y que comprenda, las razones que sin duda hicieron que ella lo disfrutara con más intensidad.

1 comentarios:

M. Emilia Pavón dijo...

Estoy sólo en parte de acuerdo contigo. Es cierto que no es una gran novela, probablemente su calidad literaria deja mucho que desear (al fin y al cabo es una opera prima), sin embargo, tiene suficiente garra como para atraparte y querer continuar con la historia de un común mortal, al tiempo que uno se pasea por una Barcelona medieval. No digo yo que históricamente aporte mucho y es cierto que hay chiquicientas novelas por el estilo (seguramente mejores), pero, cuando una novela engancha a miles de lectores ha de ser valorada en su justa medida. Es como cuando una melodía popular nos hace mover el cuerpo aún sin nosotros quererlo ("Macarena" por poner un terrible ejemplo).

En fin, que soy una fan de la novela histórica -por si no había quedado claro, jajaja.