lunes, 28 de enero de 2013

La marca del meridiano - Lorenzo Silva

Hace ya mucho tiempo que el premio planeta perdió la brújula de la buena literatura. Recuerdo el año que ganó Cela, (creo que fué en el 94) y en esa edición retiraron sus obras Miguel Delibes y García Márquez por que les habían ofrecido el premio.
Que Lorenzo Silva mandara su obra bajo el pseudónimo de Bernie Halls, no engaña a nadie ya que en cuanto aparecen el brigada Bevilacqua y la sargento Chamorro, todo el jurado debía saber quién era el autor, por razones obvias.
Dejando a parte las tripas del premio, la novela está escrita con oficio y tiene algunos momentos en que la trama está bien cosida, pero son más numerosos los borrones y las prisas por resolver a zarpazos el nudo de la obra. Hay personajes secundarios que podrían haber dado un juego excelente y que abandona con un par de pinceladas y otros a los que dedica más tiempo y quedan deslabazados.
Continúa Lorenzo Silva cargando a su filón de oro Bevilacqua de tintes machistas a lo largo de todo el texto, cuando sería mucho más rico el personaje si tomara distancia de ese cliché cuartelario.
Que lejos del "Alquimista impaciente" y "La flaqueza del bolchevique". En definitiva un producto del marketing de planeta que les llenará los bolsillos y que se hundirá con el paso del tiempo en los estantes más olvidados de la biblioteca.

Enero 2013 (ebook)

domingo, 27 de enero de 2013

El tiempo entre costuras - María Dueñas

El tiempo entre costuras escrita por María Dueñas narra la azarosa vida de Sira Quiroga, una joven modista que abandona Madrid antes del comienzo de la guerra civil abandonando a su novio de toda la vida,  enamorada de un vividor con alma de chulo. Juntos se instalan en Tánger, un crisol exótico y cosmopolita lleno de oportunidades e intensa vida social.
Abandonada por Ramiro, sola y desorientada, el destino y la necesidad de subsistir la arrastra a aceptar la ayuda de nuevas amistades de reputación un más que dudosa. Se creará una nueva identidad y logrará poner en marcha un exclusivo taller de costura em Tetuán, en el que atenderá a clientas de orígenes variopintos.  Al terminar la Guerra Civil y  con los ecos de la guerra europea resonando en la distancia, el destino de Sira queda ligado al de un puñado de carismáticos personajes --Rosalinda Fox, Juan Luis Beigbeder, Alan Hillgarth-- que la empujarán hacia un inesperado compromiso convirtiéndose en espia.
 

He léido algún comentario  quizá poco afortunado de sus semejanzas con Casablanca (una de mis películas de referencia),y he de decir al respecto, en mi humilde opinión de esta novela, es más un canto a la superación personal que una oda al amor.  En su favor destacar el ritmo imparable y adictivo que tiene. En el plato de las contras señalar que en ocasiones se pierde en descripciones un tanto farragosas. En definitiva un bestseller con mimbres de bestseller.

Agosto 2012

Riña de gatos -Eduardo Mendoza



 Sin ser una novela histórica, ni mucho menos,  tengo que decir que el entorno en el que se desarrolla está descrito de forma muy trabajada y muy documentado. Mendoza con su maestría nos traslada al Madrid de la preguerra y nos mete entre las bambalinas de la gestacióm de  la Guerra Civil.
Bajo la neutral e inglesa mirada de un experto en la pintura de Velázquez (Whitelands ),que viaja a Madrid para realizar un peritaje, la trama nos conduce  desde los mitines propagandísticos del Marqués de Estella (Jose Antonio) a las asambleas clandestinas de los comunistas, desde las tripas de la Falange  y los camisas viejas (Sánchez Mazas, Fernández Cuesta)  a las secretas reuniones de los todavía indecisos golpistas (Franco, Mola y Queipo de Llano). 
De la mano del narrador omniscente, nos adentramos en el despacho de Manuel Azaña, y somos zarandeados por los manejos del espionaje inglés, los servicios secretos soviéticos y la policía española. 
Mendoza cose con un hilo excepcional, todos y cada uno de los escenarios, aparentemente antagónicos, como la prostitución por supervivencia y las conspiraciones aristocráticas y en medio de todo una trama de amores y un Velázquez desaparecido en el tiempo que se intenta vender para sufragar el levantamiento.
Valga como muestra la extraordinaria descripción que hace de Franco:

“Es el más joven de todos y el menos marcial. Bajo, tripudo, con una calvicie incipiente, tiene la cara flácida y la voz atiplada. No fuma, no bebe, no juega y no es mujeriego. El que, pese a todo, goce de un enorme prestigio en el Ejército y fuera de él dice mucho de sus cualidades profesionales. Azaña siempre contó con él por su extraordinaria capacidad de organización y por considerar que, no obstante su profundo conservadurismo, un puntilloso sentido del deber le impedirá actuar contra la República. Y así ha sido hasta el día de hoy: varias veces le ha propuesto sumarse a proyectos golpistas y otras tantas se ha negado o, por lo menos, no ha dado su conformidad de un modo explícito"


A título personal, diré que esta obra entra por derecho propio entre mis candidatas a una relectura reposada. El estilo de Mendoza, sencillo y salpicado de cultismos está preñado de ironía y escepticismo y hace que sea una delicia leer esta novela.
Octubre-2012

domingo, 20 de enero de 2013

Escupiré sobre vuestra tumba

Tras el inmerecido éxito de las 50 sombras de Grey, que está causando furor por su contenido altamente erótico, he recordado  Escupiré sobre vuestra tumba de Boris Vian que leí hace ya mucho tiempo. La publicó bajo el heterónimo de "Vernon Sullivan" en 1946. Recuerdo que la leí sentado al sol, apoyado sobre la pared del cuartel de Cartagena cuando hacía la mili. Su realismo descarnardo me impresionó. El libro (que no se corresponde con la edición de la carátula adjunta, estaba ilustrado por Jean Boullet.
Ahora en el Ebook y sin ilustraciones su lectura me ha seguido impresionando. Dudo mucho que el bestseller de las 50 sombras llegue a ser ni siquiera (valga el juego de palabras) una sombra de esta J'irai cracher sur vos tombes.
Bien es cierto que la temática es diferente y que el único nexo es el tratamiento explícito del sexo entre sus líneas.

ARGUMENTO
Lee Anderson es un afroamericano de piel casi blanca, que aterriza en un pueblo sureño de la América profunda para hacerse cargo de una librería. En el bar de enfrente se reúnen  los jóvenes del pueblo que están sedientos de alcohol y sexo.

Narrado en primera persona el propio Lee nos va desvelando su plan secreto, que no es otro que  vengar la muerte de su hermano, que murió linchado y colgado por haberse enamorado de una mujer blanca.

CRÍTICA Y RECOMENDACIÓN

Es una obra violenta, cruda y descarnada que de una manera extraña, hace que surja cierta empatía con el protagonista, que al fin y al cabo no deja de ser un asesino. De lectura fácil y rápida, creo que es una obra muy recomendable.

Enero 2013 (segunda lectura)

BORIS VIAN

Boris Vian, llevó una vida más propia de un hombre del Renacimiento, que de su época. Murió joven antes de cumplir los 40. Músico de Jazz consumado, crítico de cine, escritor de novelas, articulista, dramaturgo, poeta, libretista, director de orquesta...Compartió andanzas con Sartre (quién le animó a escribir con pasión) y Camus para quién trabajó como crítico de Jazz en la revista  Combat que regentaba el autor de "La peste".
Fue socio del legendario club fundado años atrás por Django Reinhardt, el "Hot Club de France".

 
     En 1942 tras obtener su título de ingeniero, se unió a la formación de músicos aficionados dirigida por el clarinetista Claude Abadie que tocaba el estilo de jazz de New Orleáns y paralelamente escribió sus primeras novelas Trouble dans les Andains y Vercoquin y el plancton. En esta última se ven reflejadas sus actividades reales, como pueden ser su trabajo en la Asociación Francesa de Normalización y la organización de desmesuradas fiestas. 

En 1944, Boris Vian se encuentra con el clarinetista, Claude Luter y después de tocar con el, abrieron efímeramente el "New Orleáns Club" en St Germain des Près. 
En 1946 su actividad literaria se impuso a la musical debido por un lado a su delicada salud (murió con 39 años) y por otro al empuje que recibió de Jean-Paul Sartre que le animó a escribir con pasión. 

     Sin poder tocar por consejo médico, Boris Vian, fundó junto a sus hermanos un local destinado a convertirse en uno de los mejores del barrio parisino de St. Germain, el "Tabou" frecuentado asiduamente por intelectuales, literatos, músicos, poetas, amigos y toda la sociedad cultural parisina de su época. 
En 1946 publicó dos novelas: La espuma de los días y El otoño en Pekín
Abandonó definitivamente su trompeta en 1950, año en el que escribió  "La Hierba Roja", y tras de sí dejó escasas grabaciones, siendo las mas importantes: "Rosseta" con el clarinetista, Claude Luter en 1944, "Muskrat Ramble" con Claude Abadie en 1946; y "Basin Street Blues" con sus hermanos en 1947. 

Escribió bajo numerosos heterónimos, sien el más famoso de ellos el de "Vernon Sullivan" bajo el cual publicó "Escupiré sobre vuestra tumba" cuyos derechos vendió para una adaptación cinematográfica. Aunque inicialmente estuvo encargado del guion, tras diversas peleas con la productora, el director y el guionista, Vian quedó fuera del proyecto y asistió de incógnito al preestreno de la película, en el cine Le Petit Marbeuf, cerca de los Campos Elíseos; falleció de un ataque cardiaco que sufrió durante la proyección de la película.



viernes, 11 de enero de 2013

El cartero y Pablo Neruda- fragmento

"...
—Mario Jiménez, aparte de Odas elementales tengo libros mucho mejores. Es indigno que me sometas a todo tipo de comparaciones y metáforas.
—¿Don Pablo?
—¡Metáforas, hombre!
—¿Qué son esas cosas?
El poeta puso una mano sobre el hombro del muchacho.
—Para aclarártelo más o menos imprecisamente, son modos de decir una cosa comparándola con otra.
—Deme un ejemplo.
Neruda miró su reloj y suspiró.
—Bueno, cuando tú dices que el cielo está llorando. ¿Qué es lo que quieres decir?
—¡Qué fácil! Que está lloviendo, pu'.
—Bueno, eso es una metáfora.
—Y ¿por qué, si es una cosa tan fácil, se llama tan complicado?
—Porque los nombres no tienen nada que ver con la simplicidad o complicidad de las cosas. Según tu teoría, una cosa chica que vuela no debiera tener un nombre tan largo como mariposa. Piensa que elefante tiene la misma cantidad de letras que mariposa y es mucho más grande y no vuela —concluyó Neruda exhausto. Con un resto de ánimo, le indicó a Mario el rumbo hacia la caleta. Pero el cartero tuvo la prestancia de decir:
—¡Putas que me gustaría ser poeta!
—¡Hombre! En Chile todos son poetas. Es más original que sigas siendo cartero. Por lo menos caminas mucho y no engordas. En Chile todos los poetas somos guatones.
Neruda retomó la manilla de la puerta, y se disponía a entrar, cuando Mario mirando el vuelo de un pájaro invisible, dijo:
—Es que si fuera poeta podría decir lo que quiero.
—¿Y qué es lo que quieres decir?
—Bueno, ése es justamente el problema. Que como no soy poeta, no puedo decirlo.
El vate se apretó las cejas sobre el tabique de la nariz.
—¿Mario?
—¿Don Pablo?
—Voy a despedirme y a cerrar la puerta.
—Sí, don Pablo.
—Hasta mañana.
—Hasta mañana.
Neruda detuvo la mirada sobre el resto de las cartas, y luego entreabrió el portón. El cartero estudiaba las nubes con los brazos cruzados sobre el pecho. Vino hasta su lado y le picoteó el hombro con un dedo. Sin deshacer su postura, el muchacho se lo quedó mirando.
Volví a abrir, porque sospechaba que seguías aquí.
—Es que me quedé pensando.
Neruda apretó los dedos en el codo del cartero, y lo fue conduciendo con firmeza hacia el farol donde había estacionado la bicicleta.
—¿Y para pensar te quedas sentado? Si quieres ser poeta, comienza por pensar caminando. ¿O eres como John Wayne, que no podía caminar y mascar chiclets al mismo tiempo? Ahora te vas a la caleta por la playa y, mientras observas el movimiento del mar, puedes ir inventando metáforas.
—¡Deme un ejemplo!
—Mira este poema: «Aquí en la Isla, el mar, y cuánto mar. Se sale de sí mismo a cada rato. Dice que sí, que no, que no. Dice que sí, en azul, en espuma, en galope. Dice que no, que no. No puede estarse quieto. Me llamo mar, repite pegando en una piedra sin lograr convencerla. Entonces con siete lenguas verdes, de siete tigres verdes, de siete perros verdes, de siete mares verdes, la recorre, la besa, la humedece, y se golpea el pecho repitiendo su nombre». —Hizo una pausa satisfecho—. ¿Qué te parece?
—Raro.
—«Raro». ¡Qué crítico más severo que eres!
—No, don Pablo. Raro no lo es el poema. Raro es como yo me sentía cuando usted recitaba el poema.
—Querido Mario, a ver si te desenredas un poco, porque no puedo pasar toda la mañana disfrutando de tu charla.
—¿Cómo se lo explicara? Cuando usted decía el poema, las palabras iban de acá pa'llá.
—¡Como el mar, pues!
—Sí, pues, se movían igual que el mar.
—Eso es el ritmo.
—Y me sentí raro, porque con tanto movimiento me marié.
—Te mareaste.
—¡Claro! Yo iba como un barco temblando en sus palabras.
Los párpados del poeta se despegaron lentamente.
—«Como un barco temblando en mis palabras».
—¡Claro!
—¿Sabes lo que has hecho, Mario?
—¿Qué?
—Una metáfora."





El cartero y Pablo Neruda - Antonio Skarmeta

Este verano me lo llevé en la maleta para releer. Un libro excepcional que por una vez fue magníficamente versionado en su película correspondiente, con una magistral interpretación de Máximo Troisi y quizá la mejor de Maria Grazia Cucinotta.

Resumen:
Un joven adolescente reniega del oficio de su padre(pescador) y consigue un empleo mal pagado de cartero. Su única misión es llevar el correo de la Caleta a isla Negra a un único cliente: Pablo Neruda. La acción transcurre desde junio de 1969, hasta la muerte de Pablo Neruda, en septiembre de 1973.
Mario Jiménez,(así se llama el joven) se enamora de una muchacha que trabaja en una hostería con su madre Doña Rosa viuda de González.
Mario pasaba cada día por la oficina de correos, donde D. Cosme le entregaba la correspondencia de Neruda.
Mario se enamora locamente de Beatriz, y la corteja a base metáforas. Beatriz también siente lo mismo por él, pero Doña Rosa, no quiere que Mario vaya más por la hostería, y decide escribirle una carta a Pablo para decirle que un tal Mario Jiménez, es un seductor de menores.
Pablo recibe una carta para que se presente como candidato a la Presidencia de la República y poco convencido sintiéndose hoja de un árbol gigante que era el pueblo chileno acepta presentarse, el 4 de Septiembre llegó la noticia que Salvador Allende había ganado las elecciones en Chile.
Pablo ayuda a Mario y consigue convencer a la madre de Beatriz para que éstos puedan llegar a ser novios. Al final la madre cede y se casan.
Allende nombra a Neruda embajador de París y Mario se queda sin trabajo, pero el gobierno de la Unidad Popular, hizo sentir su presencia en la caleta, cuando la dirección de Turismo elaboró un plan de vacaciones para los trabajadores de una fábrica téxtil en Santiago.
Neruda le envía una grabadora Sony, con micrófono incorporado a Mario para que le grabe todos los sonidos de la isla Negra.
Mario y Beatriz, un tiempo después, tienen un hijo que se llamaría Pablo Neftalí Jiménez González.
Neruda, gana el Premio Nobel de Literatura, y Mario y su familia lo ven en la caleta desde un televisor que les habían puesto en la hosteria.
A partir de ahí, Neruda se pone enfermo y muere el 23 de septiembre de 1973. Mario, Rosa Beatriz y hasta el mismo Pablo Neftalí se enteran en el televisor de la hostería. Aquella misma noche, unos hombres le hicieron unas preguntas. El coche del diputado Labbé marchó y otro hombre le hizo subir en un coche, donde al entrar escuchó por la radio que las tropas habían ocupado la editorial Quimantú, y habían procedido a secuestrar la edición de varias revistas subversivas, tales como “Nosotros los hilenos”, “La Paloma” y “La Quinta Rueda”.
Años después se enteró que la Quinta Rueda la escribió un poeta llamado Jorge Teillier y que no recordaban un texto llamado: Retrato a lápiz de Pablo Neftalí Jiménez González.

Agosto 2012 (3ªlectura)

Vuelta a casa

Desde la muerte de Saramago, aquel viernes 18 de junio de 2010, no había vuelto a visitar este rincón. No es que haya dejado de leer, pero se me quitaron las ganas de pasar por aquí. Muchas cosas han cambiado desde entonces. Ahora el 80% de mis lecturas/relecturas las hago en mi Kindle y aunque no he abandonado el placer del tacto sosegado del papel, he de confesar que la comodidad de este engendro electrónico me ha cautivado. Colma con creces mi voracidad lectora y me soluciona el problema del finito espacio de mis estanterías.
Hoy me propongo abrir de nuevo la puerta, limpiar el polvo acumulado y llenar la estantería de este rincón con palabras robadas.
Y para celebrar esta apertura la ilustro con una de las últimas fotos que tomé el 2012 en la puerta de la mayor biblioteca sin libros del mundo, en Santiago de Compostela.