sábado, 29 de mayo de 2010

El gato de Cheshire y los gatos de Kilkenny, Borges


Mi admirado Borges en su libro de los seres imaginarios, cuenta el origen del gato de Cheshire y la leyenda de los gatos de Kilkenny.
"En inglés existe la locución "Grid like a Cheshire cat" ( Sonreír sardónicamente como un gato de Cheshire).
Se han propuesto varias explicaciones. Una, que en Cheshire vendían quesos en forma de gato que ríe. Otra, que Cheshire es un condado palatino o earldom y que esa distinción nobiliaria causó la hilaridad de los gatos. Otra, que en tiempos de Ricardo III, jubo un guardabosque, Caterling, que sonreía ferozmente al batirse con los cazadores furtivos.
En la novela onírica Alice in Wonderland publicada en 1865, Lewis Carroll otorgó al Gato de Cheshire el don de desaparecer gradualmente, hasta no dejar otra cosa que la sonrisa, sin dientes y sin boca. De los Gatos de Kilkenny se refiere que riñeron furiosamente y se devoraron hasta no dejar más que las colas. El cuento data del siglo XVIII”.

jueves, 20 de mayo de 2010

La contemplación- Edgar Borges


"La contemplación" obtuvo el premio Internacional de Novela Albert Camus en 2009. Aquí dejo un fragmento que incluyó como adelanto editorial que, de la novela, publicó la revista Descontexto de Chile y que amablemente me remitió vía Facebook el propio Edgar Borges.

"Le atormentaba pensar que un impostor pudiera firmar la autoría de La contemplación. Se había aferrado a esa novela como si fuese la última rama que le impediría caer al abismo. En La contemplación Pedro el hostelero logró convocar a buena parte del pueblo en el centro de la plaza. Allí proclamó (a todo pulmón) la solución de la crisis. La solución no es continuar avanzando por el camino equivocado. Hace mucho tiempo, para abandonar el atraso, copiamos el frenético ritmo de las ciudades industrializadas. Y el resultado lo tenemos hoy en nuestras propias casas: le hemos cerrado las puertas a nuestros vecinos. Las familias se han distanciado; cada uno de sus miembros se han refugiando en su cuarto; sería engañarnos a nosotros mismos negar en público algo que todos sabemos, y que padecemos. De seguir así, pronto, supongo, el suicidio será la epidemia de moda. Hemos llegado a un punto extremo de nuestra historia; estamos padeciendo una vida que no es vida, estamos transitando un camino que no es camino. Es tanto el daño que venimos dejando atrás que ya hasta nos pesa la memoria. La frase de aquella canción que decía "Recordar es vivir" ha sido cambiada por "Recordar es sufrir, recordar es no vivir". Por esta vía no encontraremos jamás luz en el túnel. O nos detenemos o nos pulverizamos en el camino; también es posible que nos convirtamos en fieras. Y nos devoremos por hambre y por rabia.
Como solución, si es que deseamos conseguir una solución, he propuesto que nos detengamos de inmediato. Se trata de que todo el pueblo se siente en las aceras, en las calles y en las plazas. Los invito a echar la prisa a un lado, la idea es recordar todos los momentos imperceptibles de nuestra historia, como pueblo, como amigos, como familia. Propongo repensar lo no pensado; se trata de volver la cara y apreciar las experiencias con mayor detenimiento. Es mucho más sencillo de lo que parece. Invito simplemente a que observemos; no hablo de caminar ni mucho menos de correr; considero que necesitamos valorar los amaneceres lentos y las noches largas; creo que sensato sería vivir todo de nuevo pero con la cámara lenta de la memoria. Avancemos hacia atrás con la lentitud de un recién nacido; levitemos en dirección al pasado. Vayamos en sentido contrario a la prisa, a paso sereno con los ojos muy abiertos a la belleza de las cosas pequeñas que nunca antes vimos. Seamos capaces de pensarnos; juguemos a darle una nueva utilidad a las palabras. Pensamiento: imaginación; adulto: memoria; fantasma: estupidez; mundo: uno; uno: todos. No nos importe si todo esto lo dijo alguien antes; la intención es justamente repetirnos, pero esta vez, muy lentamente, muy poco a poco. Que nadie haga nada más que recordar; que nadie se mueva, que nadie hable; propongo que hasta en la memoria los recuerdos transiten en voz muy baja. En esa posición de contemplación debemos pasar todo el tiempo que sea necesario. Sólo debemos caminar el día que seamos capaces de volver a valorar cada experiencia con la mirada de un niño.
La novela planteaba un final contradictorio, abierto y cargado de drama. Los habitantes del pueblo aceptaron la idea de Pedro el hostelero; el hombre logró cautivar, incluso, a los más escépticos, con su extraño discurso. No obstante, en principio la gente consideró muy complicados los ejercicios de memoria. Difícil fue relatar los momentos imperceptibles, la mayoría ni siquiera recordaba cuándo ocurrieron. Una anciana confesó que le daba vergüenza reconocer que era incapaz de volver a valorar sus experiencias con mirada de niña. Pero a pesar de las dificultades todos se empeñaron en el intento. Se detuvo la historia y se detuvo el progreso. Y es que el pueblo
, dispuesto a lograr el objetivo, decidió pasar la vida en una constante contemplación."

domingo, 16 de mayo de 2010

Edgard Borges

Es posible, Mercedes Sosa
"Ha muerto Mercedes Sosa. Quizá sólo se trate de un quejido nostálgico, pero pareciera que están partiendo las voces que nos recuerdan que somos humanos. Pues, porque si bien la voz de un artista no necesariamente muere junto a su cuerpo, cada vez la industria es más industria y mucho menos arte. Lo que hace suponer la dimensión del maquillaje.
Es posible que este momento histórico (del todos contra todos) sólo sea un tránsito necesario para alcanzar el grado de humanidad. Es posible, Mercedes Sosa, que tu voz, como muchas otras, se filtre por los subterráneos de la miseria contemporánea y algún día resurja en alguna plaza, junto a la voz de Fito Páez para cantar “¡Quién dijo que todo está perdido!". Y entonces, sólo entonces, hasta los más sumisos alumnos del sistema global de consumo, ofrecerán su corazón.
Es posible que “la voz de Latinoamérica” (como se le llamaba a Sosa) supere el ruido del mercado planetario. Y ahí, donde un mercenario nos vende “basura” disfrazada de vida, rompa el cristal de la mentira para afirmar, en su canto, que sí es posible el Sur, que sí es posible convivir respetando todos los vientos del planeta. Y seguro, doña Mercedes Sosa (lo sabe usted muy bien), sí se puede vivir resistiendo el cinismo y la apatía.
Tal vez esto no sea más que un pequeño artículo para nostálgicos, pero, visto de otro modo, puede que este no sea un escrito para cínicos. Pues, muy bien lo sabía La Negra (como también le decían), “Si no creyera en lo que agencio, si no creyera en mi camino, si no creyera en mi sonido, si no creyera en mi silencio...¿Qué cosa fuera, qué cosa fuera la maza sin cantera? un amasijo hecho de cuerdas y tendones, un revoltijo de carne con madera, un instrumento sin mejores resplandores que lucecitas montadas para escena...¿qué cosa fuera, corazón, qué cosa fuera? ¿qué cosa fuera la maza sin cantera? un testaferro del traidor de los aplausos, un servidor de pasado en copa nueva, un eternizador de dioses del ocaso, júbilo hervido con trapo y lentejuela . . .¿qué cosa fuera, corazón, qué cosa fuera? ¿qué cosa fuera la maza sin cantera? ¿qué cosa fuera, corazón, qué cosa fuera? ¿qué cosa fuera la maza sin cantera?”
Es posible, Mercedes Sosa, que el tango (y el canto en general) sea “cosa” de despechados. Quizá sólo los cínicos sean capaces de sonreír veinticuatro horas seguidas. Ojalá, al final de la historia, no termine el público convertido en la piedra que observaba el espectáculo. Es posible, que este viaje sólo sea una tormenta de aprendizaje y la seriedad de los cínicos esté cerca. Entonces, el mundo escuchará (en do mayor, como decía el cantor Alí Primera) la risa de los nostálgicos. Y ahí estará usted, señora Sosa, con su canto tierno en homenaje a la sensibilidad humana. Y el Sur le dará al mundo una lección cósmica de humildad y de alegría. "

Este texto a la muerte de Mercedes Sosa, es en sí toda una "tormenta de aprendizaje" y una bofetada a los cínicos.

Enlaces:
Wikipedia
El librepensador